¿Qué contamina más un vehículo eléctrico o de gasolina?

El proceso de fabricación de un vehículo eléctrico genera más emsiones que el de uno convencional pero a la larga el primero contamina menos

Mario Picazo

Mario Picazo

Muchos nos preguntamos si un vehículo eléctrico suele emitir menos gases de efecto invernadero que uno con motor de combustión interna. La respuesta puede parecer obvia, pero hay que considerar el ciclo de vida, y la energía que se emplea para fabricar sus baterías

La respuesta es que sí, que pese al elevado consumo energético que implica fabricar las baterías de los coches eléctricos, estos suponen una reducción de la huella de carbono total y se espera que con el tiempo y las nuevas tecnologías está se reduzca más aún.

Se habla mucho, sobre todo en redes sociales, de lo que supone fabricar un coche eléctrico, su elevada huella de carbono y el largo tiempo que se tarda en compensar durante su vida útil. Información que vale la pena aclarar con datos reales contrastados y no con afirmaciones falsas y sin fundamento.

Calculando el coste medioambiental de fabricar y mover vehículos

Sea cual sea el tipo de vehículo que se fabrica, hay un coste medioambiental que hay que sumar al proceso de elaboración. Fabricar motores, baterías, carrocerías y neumáticos entre otros elementos, implica extraer, transportar y transformar materia prima a nivel global.

Una vez fabricado el vehículo en cuestión hay que ponerlo en movimiento. Algunos funcionan con combustibles fósiles más o menos refinados que hay que producir y distribuir por todo el mundo. Otros lo hacen con energía eléctrica cuya fuente puede ser un combustible fósil, pero también energía nuclear o renovable. 

Cuando los vehículos llegan al final de su vida útil hay que reciclar sus materiales y en algunos casos eliminar los residuos que generan y no son reutilizables. Todos estos procesos implican la emisión de gases de efecto invernadero que producen calentamiento global aunque se pueden cuantificar con detalle. 

Todas las emisiones generadas desde que se empieza a fabricar un vehículo hasta que acaba en el desguace y se recicla, son las llamadas emisiones del ciclo de vida o de la cuna a la tumba.

La mayor parte de esas emisiones son de dióxido de carbono y proceden de la quema de combustibles fósiles en motores de vehículos de gasolina o diésel. 

Fabricar un vehículo eléctrico contamina más que uno convencional

La batería de un coche eléctrico marca la diferencia en el proceso de fabricación respecto a uno convencional. Es lo que hace que la huella de carbono del proceso de fabricación del vehículo eléctrico sea mayor. Sin embargo, los otros elementos de emisiones pesan más en el caso del vehículo convencional.

Si se analizan las emisiones de todo el ciclo de vida del vehículo, los datos muestran que los vehículos eléctricos emiten menos a pesar de tener una huella de carbono más elevada durante el proceso de fabricación. 

El factor principal emerge cuando el vehículo empieza a rodar. Los de gasolina funcionan quemando más combustible fósil, aunque los eléctricos también usan combustible fósil de forma indirecta para su carga diaria pero menos

Emisiones de CO2 de vehículos eléctricos vs. de combustibles fósiles: después de x años en circulación. Medido en toneladas de CO2. El eje x muestra el número de años que lleva el coche en circulación. El año “0” corresponde a las emisiones posteriores a la fabricación del coche y la batería. Las emisiones se basan en el consumo medio de electricidad en EE. UU. Grafico: Hannah Ritchie.
Fuente: Basado en datos de CarbonCounter.com.

El vehículo eléctrico contaminará menos durante su ciclo de vida

En un estudio de 2023, Jarod Kelly, del Laboratorio Nacional Argonne del Departamento de Energía analizó las emisiones de gases de efecto invernadero de la cuna a la tumba. 

Un coche eléctrico tardaría 31.000 kilómetros o menos de dos años de conducción en amortizar las emisiones del proceso de fabricación y ponerse a la par con uno convencional similar.

Si encima, como está previsto, la energía que ofrece la red eléctrica llega cada vez más de fuentes renovables, la huella de carbono se reducirá aún más. 

Un coche eléctrico tardaría 31.000 kilómmetros o menos de dos años de conducción en amortizar las emisiones del proceso de fabricación

También se contempla que con el paso de los años el proceso de fabricación de las baterías mejore, que se utilicen nuevos materiales, se contamine menos y estás sean más duraderas.

Las emisiones que genera un coche eléctrico durante su conducción dependerá principalmente de la fuente de energía. En algunas ciudades la energía se genera ya casi en su totalidad con fuentes renovables, pero no es para nada el caso habitual. El tamaño del vehículo y su consumo son datos importantes a tener en cuenta.

Información engañosa sobre los vehículos eléctricos

Cada día, las redes sociales se encargan de publicar miles de mensajes que contienen información errónea sobre la etiqueta medioambiental de los vehículos eléctricos. Datos erróneos sobre la compensación de la huella de carbono relacionada con la fabricación del vehículo o con las emisiones que generan cuando están en movimiento. 

La fabricación de las baterías es el tema principal de debate. Pero algunas marcas y países las fabrican empleando un elevado nivel de energía limpia, de la que procede de fuentes como el viento o el sol.

Una de las tareas pendientes es mejorar el reciclado de las baterías que se fabrican. Se está trabajando intensamente para conseguir una sustancial mejora en ese apartado con la idea de reducir costes y también las emisiones derivadas de la fabricación y reciclaje.

Aunque se dice lo contrario en publicaciones y mensajes de redes, las baterías de los coches eléctricos duran más de lo que en muchos casos se difunde. La garantía de numerosos vehículos contempla una batería que conservará el 70 por ciento de su capacidad ocho años o cerca de 170 mil kilómetros. 

Cada vez hay más vehículos eléctricos circulando por nuestras ciudades. Foto: Unsplash

El gran reto de mejorar las baterías de los eléctricos

Un vehículo eléctrico requiere mucha más extracción de minerales y procesamiento que uno convencional. Los datos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) hablan de 6 veces más elementos minerales en un coche eléctrico que en uno de gasolina

Materiales como el litio, cobalto, níquel o manganeso son caros y conllevan una importante carga medioambiental y sociopolítica. Normalmente son materiales que llegan de países cuyas prácticas no son las más deseables tanto en el apartado medioambiental como el sociopolítico.

A pesar de los datos que se barajan, los expertos apuntan a que sigue existiendo mucho mito y bulo sobre la realidad de los vehículos eléctricos. Mitos y bulos que se extienden como la pólvora por las redes sociales donde por desgracia hoy se publica mucha información de escaso rigor científico